Son muchos los factores que influyen a la hora de llevar un estilo de vida saludable. A veces, queremos hacer un cambio radical de vida y se nos hace demasiado complicado, por eso es importante ir sustituyendo pequeños malos hábitos por otros que sean más saludables. Eso sí, siempre debemos proponernos cambios sencillos y alcanzables que nos permitan seguir motivados y con ganas de mejorar nuestro estilo de vida. La suma de pequeños hábitos puede dar mejores resultados que un cambio de vida radical
- Alimentación variada y equilibrada.
Es vital ingerir todos los nutrientes que el cuerpo necesita diariamente. Para ello, debemos seguir una dieta que incluya todo tipo de alimentos y que, sobre todo, estén muy integradas las frutas y las verduras.
¿Qué puedes hacer? Coge una pieza de fruta para media mañana, come un yogur de postre, compra menos ultraprocesados y ve más al mercado… Busca un hábito que sea alcanzable y verás como en poco tiempo ya lo tienes integrado en tu día a día.
- Hidrátate.
La hidratación es esencial para el correcto funcionamiento del organismo. No esperes a tener sed para beber agua, ya que esta llega cuando el cuerpo ya ha perdido el 1 o 2% del agua corporal.
¿Qué puedes hacer? Lleva siempre una botella de agua contigo, pon una alarma en el móvil para beber agua cada 3 o 4 horas, sustituye los refrescos de la comida por agua…
- No te saltes el desayuno.
El desayuno es una de las comidas más importantes del día, ya que nos permite empezar la jornada con energía. Un desayuno saludable y variado nos aporta la fuerza para enfrentarnos a los retos del cotidianos.
¿Qué puedes hacer? Levántate un poco antes y disfruta del desayuno; puede ser un momento para ti, lejos del estrés y de salir corriendo al trabajo. Si no tienes tiempo, puedes dejar algo preparado la noche anterior o llevarte algo para tomar en la oficina.
- Un buen descanso.
El cuerpo necesita descansar correctamente para poder tener la suficiente energía al día siguiente. Lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas diarias.
¿Qué puedes hacer? Si sabes a qué hora te tienes que levantar, ve a dormir un poco antes para poder llegar a las horas necesarias de descanso. También es importante ir a dormir sin la televisión y sin el móvil para que nuestra mente no se vaya a dormir recibiendo demasiados estímulos.
- ¡Muévete!
Nuestro cuerpo necesita actividad para mantenerse vivo y saludable. No tienes que apuntarte a un gimnasio e ir 2 horas cada día, pero sí que puedes incluir pequeños cambios que te ayuden a moverte un poco más.
¿Qué puedes hacer? A la hora de moverse todo sirve: desde hacer las tareas domésticas hasta ir a correr. Puedes cambiar el ascensor por las escaleras, ir andando al trabajo, hacer bricolaje… ¡Busca una actividad que te guste y disfruta!